LOS NIÑOS HOY DÍA, PASAN MUCHO TIEMPO EN CASA
Ya se les ve poco por la calle. Antes, los niños y las niñas jugaban en los parques y cualquier objeto era un estímulo para la imaginación. Creían en los príncipes azules y las princesas de los cuentos y les bastaba con saltar la reata o jugar al “avión” para ser felices. Hoy, las cosas han cambiado y pareciera que casi todos los niños y las niñas sólo se entretienen a través de un vídeo juego.
La imagen sobre la imaginación
En opinión de Alicia Diaz Farina, psicoanalista y directora de Psicólogos y Psiquiatras de Buenos Aires (Argentina), actualmente el mundo de los vídeo juegos crece, y es cada vez más deslumbrante y veloz.
"La imagen es fundamental en esta época. Los chicos reciben estímulos visuales permanentes. Y está la computadora. Tiene a su favor que desarrolla la inteligencia, pero su vertiginosidad puede ser excesiva."
El éxito de lo virtual está relegando el papel de los juguetes tradicionales, que se podían construir, tocar u oler.
“La edad de jugar con juguetes se acorta: antes, las niñas jugaban a las muñecas hasta los 10 u 11 años. Ahora, a los siete ya quieren una computadora”, indica Miguel Faraoni, presidente de la Cámara Argentina de la Industria del Juguete.
Los juegos de ayer vs la tecnología de hoy
En 1994, el dramaturgo mexicano Rafael Pimentel escribió la obra de teatro “Mejor jugamos”, con el propósito de motivar a los niños a practicar los juegos de antaño, como el burro corrido, el acitrón, la cuerda y, por supuesto, la imaginación.
En palabras del autor: “Vivimos en una época en que nuestra tecnología ha sentenciado al niño a la no participación, lo ha alienado desde que se asoma inocente a unas pantallas multicolores que lo manipulan, instrumentos por los que ha abandonado la búsqueda de actividades lúdicas que construyen, con la imaginación y la acción, un carácter creativo. Los niños de hoy ya no juegan sin violencia, se aburren, se mueren sin alcanzar la plenitud”.
Para Hilda Cañeque, experta en Ciencias de la Educación de la Federación Latinoamericana de Ludotecas, “el gran problema aparece cuando la tecnología se presenta sin orden". Es decir, la cuestión está en que los padres dosifiquen el contacto con lo tecnológico y ayuden a sus hijos a discriminar los contenidos nocivos. De nosotros depende el juego de la PlayStation o la pelota de fútbol.
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