Juego de las tabas
En la antigua Grecia, ya se jugaba a la taba como juego de azar. El nombre del hueso astrágalo se debe a que el célebre escultorPolicleto, en el siglo V a.dC., realizó una de sus obras más renombradas, en honor a la astrogolizonta, es decir, la jugadora de tabas.
Se conservan de la mejor época del arte griego, esculturas, pinturas sobre mármol y diferentes objetos como ánforas en los que se representan jugadores y jugadoras de tabas.
También servían las tabas como objeto adivinatorio y así fue que la astragalomancia se tuvo muy en cuenta en la antigüedad.
También servían las tabas como objeto adivinatorio y así fue que la astragalomancia se tuvo muy en cuenta en la antigüedad.
El origen de los juegos de azar con tabas se pierde y se confunde con el origen de la civilización y es previo al desarrollo de los dados. Ya en Roma, los dados son muy conocidos, apreciados y utilizados; pero el juego de las tabas aún cuenta con más arraigo entre la plebe.
La taba, tiene su origen en un hueso de la pata de los animales: el astrágalo. En la época romana los niños jugaban a las tabas lanzándolas y cogiéndolas en el aire como muestra de reflejos y habilidad. Esta forma de juego ha sobrevivido en España hasta la actualidad, pero no era la única forma de juego en la antigüedad. Los adultos jugaban a otra versión, en la que se utilizaba las tabas para apostar, arrojándolas de forma similar a los dados.
Inicialmente las tabas se empezaron a utilizar como objeto ritual para prever el tiempo y en otros rituales adivinatorios de carácter religioso. De aquí, acabo desembocando en su utilización de forma similar a los dados en juegos de azar.. Ya en la época griega eran bastante populares, y el mito griego de su creación cita a un dios egipcio como su inventor. Lo cual nos da una pista acerca de que las tabas pudieron ser una influencia egipcia en Grecia.
En Grecia o en Roma eran instrumentos sagrados usados por los sacerdotes. Los adivinos practicaban la astragalomancia usando los huesecillos del astrágalo sobre los cuales trazaban algunas letras del alfabeto. Se echaban al acaso, como los dados, para hallar la respuesta. Se dice que nació en Grecia llamándose astrágalo, siendo un juego muy generalizado entre hombres y mujeres.
En Roma se llamaba alea. En los aduares árabes lab el kab, llegando a quedar en la voz ka-ba y finalmente taba.
Sócrates (469-399 a.c.) filósofo griego, jugaba en las calles de Atenas. De la mejor época del arte griego se conserva una escultura en el Museo de Berlín, mostrando a jugadores de tabas, grupo original del escultor griego Policleto (c. 480-420 a.j.c.).
Mujeres griegas, realizando este juego, se ven en una pintura sobre mármol descubierta en Resina, ciudad situada en la ladera occidental del monte Vesubio y construida en parte sobre la antigua ciudad de Herculano. Estas jugadoras, también se encuentran representadas en ánforas griegas.
El juego de las tabas es un juego de gran tradición, conocido desde la Antigüedad clásica, y uno de los más populares entre las niñas; nunca fue un entretenimiento masculino. Es un juego de destreza en el que se utilizan siete tabas y una “pita”. Las tabas son huesos del juego de la rodilla de las patas traseras de los corderos, que en ocasiones se pintaban de diferentes colores.
Cada uno de sus cuatro lados recibía un nombre diferente, que variaba según la zona geográfica. La pita era una bola de cristal, como las canicas, o una bola de barro alisada y secada al sol.
El juego consiste en lanzar al mismo tiempo la pita a lo alto y dejar caer las tabas, recogiendo la pita antes de que cayese al suelo. A continuación se volvía a lanzar la pita al tiempo que se intentaba mover las tabas de manera que quedara arriba el lado que se quería, todo ello muy rápido para recoger la bola antes de que tocara el suelo.
En una segunda tirada se recogían las tabas que estaban del lado correspondiente y se intentaba volver los huesos que no mostraban el lado correcto. Esta operación se repetía por cada uno de los cuatro lados de la taba. Si la pita caía al suelo, la niña perdía la jugada y comenzaba a jugar otra. El juego terminaba cuando una de las participantes realizaba todas las jugadas.
En una segunda tirada se recogían las tabas que estaban del lado correspondiente y se intentaba volver los huesos que no mostraban el lado correcto. Esta operación se repetía por cada uno de los cuatro lados de la taba. Si la pita caía al suelo, la niña perdía la jugada y comenzaba a jugar otra. El juego terminaba cuando una de las participantes realizaba todas las jugadas.
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