El juguete de las niñas del tercer mundo, ser madres
Las niñas de los países industrializados pueden alegremente jugar con todo tipo de juguetes, una de sus preferencias son quizá las muñecas, combinan sus momentos de juego con una estabilidad familiar y una adecuada educación, al menos esto debería ser así.
Sin embargo, las niñas de los países tercermundistas, aún cuando cuentan con edades de 5 o 6 añitos, tienen un juguete que en realidad es una responsabilidad enorme, cuidar a un hermanito que en ocasiones llega a ser un bebé de pocos meses. Esta tarea no permite que pueda desarrollar su infancia, su educación, aspectos tan necesarios en su desarrollo. Este es sólo un problema más.
También existe un grave problema que trunca la infancia, la obligación de casarse. En el mundo diariamente se dan a luz miles de bebés cuyas madres son sencillamente niñas, en algunos países nacer siendo una fémina supone una carga discriminatoria de por vida. Pero además, dependiendo del país, la probabilidad de que esta niña sea madre sin haber finalizado su infancia, aumentan considerablemente.
Tan sólo hay que darle un vistazo al informe que ha publicado la ONG Save The Children, dicho informe titulado Estado Mundial de las Madres, denuncia tan catastrófica situación. La conjugación de la pobreza, la escasísima educación, las obligaciones,etc., en estos países tienen claramente cara de mujer. Todos podemos discernir aún sin vivirlo, cómo puede ser la vida de una niña de los países industrializados o la de una niña del tercer mundo, una de las armas y vías de escape que tienen estas niñas es la educación, gracias a ella los índices de ser madre prematura bajarían, ya que al recibir educación esta niña se casará más tarde y conocerá qué es la atención médica o cómo puede atender de mejor forma a los hijos que tenga en el futuro.
Tan sólo hay que darle un vistazo al informe que ha publicado la ONG Save The Children, dicho informe titulado Estado Mundial de las Madres, denuncia tan catastrófica situación. La conjugación de la pobreza, la escasísima educación, las obligaciones,etc., en estos países tienen claramente cara de mujer. Todos podemos discernir aún sin vivirlo, cómo puede ser la vida de una niña de los países industrializados o la de una niña del tercer mundo, una de las armas y vías de escape que tienen estas niñas es la educación, gracias a ella los índices de ser madre prematura bajarían, ya que al recibir educación esta niña se casará más tarde y conocerá qué es la atención médica o cómo puede atender de mejor forma a los hijos que tenga en el futuro.
Son muchas las niñas que mueren por ser madres prematuras, las complicaciones durante el embarazo o durante el parto se suceden de forma continua ya que su organismo no está adecuadamente formado para dar a luz. Evitar esta situación es tarea de todos los gobiernos del mundo, de hecho, todos los informes que se han elaborado por distintos organismos como La Organización de las Naciones Unidas, la Organización Mundial de la Salud o cientos de ONG’s, coinciden en la necesidad de proporcionar educación a la infancia, mejorar las condiciones sanitarias, etc., en resumidas cuentas, para cambiar la situación de pobreza extrema, matrimonios a muy pronta edad, mejorar la salud, etc., es necesario aumentar los recursos destinados a la educación.
Hay que devolver la infancia a los niños, eso es tarea de todos, nuestro granito de arena servirá para formar la montaña que frene toda esta catastrófica situación.
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